Dos porciones de materia no pueden ocupar a la vez un mismo sitio del espacio. Esa máxima no cambia ni con otros datos. Sin embargo, sí podemos darle más de un valor, más de un significado y, ese mismo espacio generar, paradójicamente, dos sentimientos completamente opuestos pero tan inherentes uno del otro que se niegan a soltarse de la mano
Siempre digo que, en retrospectiva, todo es más fácil de analizar y de valorar; de eso va ésto, aunque aún mi perspectiva sea vigente al momento de escribir este sinsentido, en lugar de tomar la distancia que siempre impone Cronos.
Cuando llegué a este nuevo espacio que hoy me inspira, estaba vacío. Completamente vacío pero —paradójicamente de nuevo— lleno de emoción, esperanza, ilusión… incluso paz (quién diría, yo un ser de paz); claro, con sus respectivos bemoles, ya que la perfección no existe y los temores propios de lo desconocido, de lo nuevo.
Esa incertidumbre impalpable que abarca desde la posibilidad más maravillosa y fantástica, hasta la más terrible y trágica. Incertidumbre que no puedes ponerla en gramos u onzas, pero aún así, pesa más lo negativo, se desparrama y se impone.
—Al modo dramático y pesimista realista.
Con el pasar del tiempo, compruebas que no todo lo malo es tan malo; pero ahí dejas la posibilidad maligna “on-call” —a la mano— por si se necesita y si algo malo pasa poder gritar cual eureka: ¡Lo sabía! ¡Te lo dije!
Todo tiene un fin, dicen los que saben. Un ciclo se cierra y, el espacio que ocupaste por 14 meses debe vaciarse de nuevo. Justo ahí es donde el mismo vacío se percibe diferente. Donde la perspectiva de la llegada es completamente diferente a la de la partida. Y no porque al cerrar la puerta le das la espalda, sino porque te das cuenta que no eras tú quien llegó con esos sentimientos de emoción, esperanza, ilusión y paz, sino que ya estaban ahí.
—¡No estaba vacío!
Eso mismo estará ahí para quien llegue y ahí mismo se quedarán cuando se vayan. Eso mismo estará allá a donde me vaya y ahí mismo se quedará cuando parta.
—¿Entonces el vacío es uno?
No, el vacío es el espacio que ocupa la incertidumbre, de ahí la expresión. El vacío es lo que se siente al no saber qué es lo que te depara; bueno o malo. Ya veremos qué sigue en el siguiente capítulo de este libro de la vida.
Recuerda la máxima inicial: dos porciones de materia no pueden ocupar a la vez un mismo sitio del espacio. Por eso me gustó la romántica idea de que no pueden llegar cosas nuevas si todo está ocupado. Aplicado a espacios físicos es obvio, pero en cuanto a los espacios intangibles creo que, sin caer en lo metafísico, cósmico y mágico, sí acierta e inspira a crear espacios dentro de uno mismo para la llegada de algo nuevo.
Después de todo, no siempre comerse un Snickers llena ese vacío que sientes.
¡Debes verlo! 👀
Es realmente increíble lo que puede hacer el músico Luca Stricagnoli con su bellísima guitarra.
No importa si eres metalero de esos que no quieren escuchar nada nuevo y que dicen que Metallica dejó de sacar buena música cuando se cortaron el pelo, o si de plano tienes pésimo gusto y escuchas reggeaton o Peso Pluma; este tipo es tan bueno, que hace música para cualquiera. 🤭
Amantsi ⏳
Amantsi = “ahorita” en náhuatl. Ahorita: lapso de tiempo que puede durar desde un segundo hasta cien años —o nunca—. Mi sección de Actualidad 👇
Este año el aniversario del Club de Lectura cayó el mero día de la reunión presencial y, aparte del genial debate sobre Las intermitencias de la muerte de José Saramago, comimos pastel y gelatina, en otra memorable sesión para el archivo de nuestro club.
Me encanta bromear con la idea de “salir en la tele” cuando salgo aunque sea en una foto. A veces es sólo mi calva perdida entre los asistentes, pero todo suma y me divierto a mí mismo. Este mes no es la excepción, sobre todo porque ¡sí salí en la tele! 📺
El pasado viernes 17 de mayo realizamos la presentación de Letras de sal marina, un poemario de Nora Soto, al que fui invitado como moderador. Tuvimos lleno total y mucha interacción entre la autora, los comentarias y pues yo.
El 29 de mayo se inauguró la exposición de Erika Osborne, exposición en la que tuve la suerte de participar como gestor para que la obra encontrara su hogar en el Museo de Arte de Baja California Sur.
Ya en su momento les estaré presumiendo la impresión en Estados Unidos del catálogo de la obra en la que participaré con un ensayo escrito 🥹 y del cuál leí un avance en la inauguración de la exposición.
Club y Sala de Lectura Internacional 📖
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Clabe Banamex 002040902005089975.
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Nos leemos el 1 de julio 😉
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